viernes, 18 de noviembre de 2011

Educación Social y Participación

La Educación Social no se puede concebir sin la participación, y esa tarea le viene correspondiendo a la rama de la Animación Sociocultural (ASC), que a través de programas y proyectos, se gestan una serie de actividades dirigidas a un sin fin de contextos (escolar, comunitario, laboral, cultural y social), y de variadas etapas de la vida (infantil, jóvenes, adultos y tercera edad). La ASC tienen como objetivo final la trasformación de las vidas de los individuos y de la sociedad. Surge de la necesidad de adaptarse a los cambios que se han ido sucediendo a lo largo de las últimas décadas, que han sido grandes y abundantes: Revolución Tecnológica y Social. 

La población de este siglo XXI está por un lado más conectada que nunca, y a la vez, separada por una brecha que conjuga desigualdad económica y cultural. Una gran parte de la población que tiene la habilidad y el valor de contribuir activamente a la sociedad, preocupándose y participando para conseguir un bien común y una mejor sociedad. Será esta una figura clave para contribuir al equilibrio económico, la justicia y la paz social. La educación social profesión y herramienta de empoderamiento ciudadano a través del impulso de la participación.

La Educación Social en su conjunto tiene su punto de mira hacia esa parte de la población que no ha tenido tanta suerte, y se han visto desprovistos de necesidades (que son derechos recogidos en la ONU), y tampoco de muchos derechos recogidos en la Constitución. Unas veces, muy pocas, desde la prevención, y otras muchas, desde el tratamiento. Pero falta más. Faltan más profesionales de la Educación Social que luchen por una sociedad más justa, y es precisamente porque eso le cuesta un dinero al estado, y no se invierte lo suficiente en ello. Más bien, es un dinero que no les viene bien invertir a los poderosos. Rondan intereses capitalistas, pareciendo que al final todo se mueve por la economía, por relaciones mercantilistas y no por otras ciencias antropológicas. 

Un ejemplo de participación como motor de cambio ha estado propiciada últimamente por el movimiento ciudadano del 15M. Recientemente se ha lanzado un documental que explica el movimiento desde sus orígenes hasta el 20 de noviembre, fecha de las elecciones nacionales. Animo a verlo porque explica muy bien esta respuesta social, que casi por obligación, o por deseo de muchos, ha de marcar un antes y un después en la política que nos gobierna, porque da una visión de como se gesta un cambio de interés social y de paz en nuestra sociedad, lo que queremos la inmensa mayoría de nuestro país. Una vida justa para todos, viviendo en democracia, y apostando por la educación y el progreso global.




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